Hace poco lei una noticia en un periódico que si me hubieran dicho que era un anticipo del día de los Santos Inocentes me lo habría creído. Pero no, resulta que es cierta.
El titular era este:
Roban el niño Jesús del belén de Sant Vicent del Raspeig y publican un vídeo en redes para pedir 2.000 euros.
O sea, es de traca.
Hilarante.
De película de Leslie Nielsen o de Alex de la Iglesia. O de una colaboración entre ambos.
Les faltó grabar un video en directo para que todos pudiésemos comprobar que el niño Jesús estaba en perfecto estado, vivito y coleando.
Juas.
Pero ahí no se quedó la cosa.
Se le hizo seguimiento, claro.
Como si de un secuestro real se tratara.
Imagino que muchas oraciones se rezaron durante esos días inciertos en los que la figura de escayola corría serio peligro.
Se tuvieron intensos debates sobre si pagar el rescate o no. Quizá marcar los billetes. O encender más velas en la capilla.
Al final, por algún extraño motivo, los «secuestradores» se ve que se arrepintieron y dejaron al niño Jesús en un contenedor de al lado del ayuntamiento.
Buf, gracias a diox.
El «rescate» también fue noticia, claro.
Al final le dedicaron 2 artículos y supongo que algunos recursos extra.
¿Y por qué?
¿Por qué meterle tanto tiempo a algo así de ridículo?
Pues porque a los periódicos no les importan cosas como la rigurosidad de la información, la perfección, la seriedad, la línea editorial…
Lo único que les importa es tu atención.
Y esa noticia tenía:
Conflicto.
Crimen.
Religión.
Extorsión.
Cotilleo.
Malicia y…
Drama.
Mucho drama.
Un pack de lo más completito.
Y eso genera atención. Mucha atención.
Es demasiado jugoso como para no publicarlo.
Y hablando de drama…
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