Hace un tiempo vi un video tipo «Prank» en YouTube buenísimo.
Era una broma de un chico a su chica.
Antes de que la chica saliese de casa, y sin que se diera cuenta, el chico le hizo una foto al móvil de la chica, que estaba encima de una mesa.
Entonces la chica se fue, y se llevó su móvil, claro.
Cuando iba por el parking, el chico le envió a la chica un mensaje de texto adjuntando la foto del móvil encima de la mesa que había hecho antes:
«Eh, ¡que te has olvidado tu móvil!»
Pero claro, ese mensaje… la chica lo estaba leyendo en su móvil.
Móvil que NO se había olvidado realmente, juas.
Pues la chica volvió a la casa con el móvil en la mano y se puso a buscarlo toda ansiosa.
El chico le hacía preguntas:
«¿Pero, a ver, dónde has recibido el mensaje con la foto de tu móvil perdido?»
La colega estaba de pie, con cara confundida, pensativa, y no acababa de dar con la tecla.
Tardó unos 20 larguísimos segundos.
Cuando al fin se pispó, la cara de boba que puso fue para grabarla… y monetizarla en un Short, que es lo que estaban haciendo.
(Una bromita mu jachonda y fácil de hacer, por cierto)
Ok, pues me he acordado de la bromita porque los…
«Sticky Headlines»
… de los que hablaré en la Manía #3 son algo así.
No puedes evitar leerlos, no puedes evitar procesarlos, no puedes evitar darles unos segunditos de atención…
… Y NO SABES BIEN POR QUÉ.
Se te queda cara de bobo y para cuando te quieres dar cuenta ya te has leído media página.
Es más, estos titulares hasta se quedan pegajosos después en tu cabeza, resonando por unos minutos, puede que horas, o puede que días, si el redactor lo ha hecho bien.
No sé si eso te parecerá un truquito valioso que tener en tu arsenal de técnicas para succionar algo de atención.
Igual no. Porque quizá ya te las sabes todas.
Y jamás caerías en una bromita como esa del móvil.
Eso está bien.
Porque siempre puedes usarlo para vender.
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