Casi meto a un psicópata surcoreano en casa

He pasado un día casi completo en compañía de surcoreanos.

Con lo friki de Asia que soy, ya te imaginarás que he flipado.

Una lástima lo de ir con carrito y con niña pequeña que, básicamente, quiere que atiendas sus necesidades constantemente en lugar de dejar que te lo pases mejor que David Summers.

Pero ha pasado una cosa curiosa:

Uno de los chicos del grupo, que dudo que tuviese más de 23 años…

… lo único que quería hacer era cuidar de la peque.

Tal y como te lo digo.

Empujar el carrito.

Llevarla de la mano.

Tenerla en brazos.

Jugar con ella sin parar.

Hacerse selfies juntos.

Y nada en contra de que a un chico joven le gusten los niños.

O sea, es algo normal encontrar a alguien a quien le encanten los bebes, pero la media de edad suele ser más alta.

Yo mismo ahora soy padre, pero en su momento era de los que salía corriendo de la mesa de al lado si estaba llena de niños gritando.

Y en este caso es que no digo simpatizar con bebés o niños pequeños, digo flipar con ellos.

Es que el chico no tenía ojos ni atención para otra cosa.

Era tanta la devoción… que se me llegó a pasar por la cabeza que fuese algún tipo de psicópata.

(Especialmente por lo de los selfies)

Pero después una surcoreana me ha explicado que parece que el chico tiene 2 hermanos pequeños… y se quedó con las ganas de tener una hermanita pequeña.

Una hermanita «cute».

Y ahí ya lo entendí mejor.

De hecho, como jugaba tanto con la peque, les dije a los coreanos:

— «Quiero llevarme a este tío a casa»

Juas.

Qué maravilla.

Tenerle de vecino y llamarle para que se quede con la peque jugando durante horas.

Especialmente en el verano, cuando no hay cole y básicamente ya no tengo «tiempo de oficina».

Buf.

Pero en fin…

Ha sido curioso.

Porque la actitud de este hombre podría haber resultado espeluznante para muchos.

Pero sé algo de Asia y, en especial, coreanos y japoneses:

Son muy de definir sus gustos y sus hobbies.

Se entregan plenamente a ellos.

Cuando algo les gusta… les gusta muuucho.

Y suele ser de los primeros temas de conversación.

Enseguida dejan ver cuál es su «sentimiento de pertenencia».

Y eso es algo que quieres averiguar de un mercado… cuánto antes.

Después, por supuesto, lo mejor es trabajarlo a través del email.

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