Entre las catástrofes más o menos intensas y más o menos ridículas de este mes, se encuentra la de esta noticia:
«Investigación de 20 años se arruina por un
empleado de limpieza que desconectó un refrigerador»
El pibe escuchó una alarma molesta y pensó:
— «Joder, qué mierda, lo apago y aquí paz y después gloria».
Y a tomar por culo una investigación que igual hubiese conseguido que los paneles solares del futuro fuesen más eficientes.
(No pasa nada, podemos esperar 20 añitos más, que el cambio climático no pinta urgente en absoluto)
Parece ser que entendió mal los carteles de advertencia:
«Este congelador emite un pitido porque está en reparación. Por favor, no lo mueva ni lo desenchufe. No es necesario limpiar esta zona”.
«Puede pulsar el botón de silencio de alarma/prueba durante 5-10 segundos si desea silenciar el sonido».
Incluir el segundo párrafo, dando la OPCIÓN de apagarlo a un usuario que no tiene ni idea de lo que está haciendo, es un terrible error.
Por muy claro que creas que estás siendo con el mensaje. Y por muy claro que creas que se ve el tinglado tecnológico desde fuera.
De no poner el segundo párrafo y simplemente advertir explícitamente de NO TOQUES NADA POR LA GLORIA DE TU MADRE, creo que no habría pasado.
Y esto lo sé bien porque:
Durante mis años de informático acudí a cientos de «escenas del crimen» tipo «mi ordenador o mi Windows no funciona» y lo que he visto en esos casos más allá de Orión, no te lo creerías.
Algunas de las cosas que más problemas provocaban eran:
- Mensajes de error ambiguos o cripto-indescifrables.
- Frases que se podían malinterpretar (y se malinterpretaban).
- Interfaces de usuario que podían inducir a error (e inducían).
- Y mi «favorita»: Dar DEMASIADA información.
Un fallo gordo de ese tipo se podía traducir en cientos de llamadas al soporte y en incidencias recurrentes, diarias, incidencias-tipo.
¿Y sabes qué?
Veo lo mismo en este juego del email marketing.
- Habladurías y cosas que se dan por hechas.
Magia y hechizos.
Gente que comete graves errores por imitar a marcas.
Demasiada información mal filtrada.
Que desembocan en tiempo perdido, estrategias mal hechas, email diarios inútiles, sobre-esfuerzos, pérdida descomunal de tiempo, cagadas, tirar de cables de los que no había que tocar…
Y eso es lo que trato de aportar a mis clientes de consultoría:
Claridad.
Es un servicio muy demandante para mi y por eso ni lo promociono mucho ni lo acepto en determinadas ocasiones.
Para estar al tanto de cuándo lo vuelvo a ofrecer tienes que estar suscrito: