Parece ser que en USA quieren colar un programa piloto para que los mensajes políticos que se envíen por email pasen cualquier filtro de spam y sean entregados en tu bandeja de entrada principal.
No es el argumento de una peli, no.
Está pasando.
Que incluso tú, como usuario, no puedas «desactivar» eso, marcarlo como correo no deseado o evitar que se cuele en la misma bandeja donde recibes emails de tu madre (cuando se aclara con el teclado táctil ese).
Es lo más parecido a decir:
— «Eh, que queremos que os comais nuestros panfletos publicitarios políticos por c0j0n35».
Surrealista.
Pero es que… no es descabellado pensar en que puede que lo consigan.
Ya a estas alturas te lo crees todo.
¿Y qué será lo siguiente?
¿Vivir encerrados en una habitación forrada con pantallas ‘UltraSuperHigh7k nanoAMOLED’ donde cada 5 minutos se reproducen mensajes que tienes que ver y si cierras los ojos para no verlos entonces se pausa el anuncio y no continúa hasta que los abras?
Ah no, que eso era un capítulo de ‘Black Mirror’.
De la temporada 1, la buena.
La que empezaba, por cierto, con un capítulo que iba de la posibilidad de que un político fornicase con un cerdo mientras el acto se emitía en directo en todo el país.
Bueno, que me enrollo.
El caso es que es una de esas noticias que le dan la razón a los obsesionados con la «cultura de la cancelación».
A ese nivel normalmente se preocupan los que ya tienen un negocio millonario y su único temor es que el gobierno se lo quite o se lo cargue.
A mi todavía no me amarga eso, pero la verdad es que ando contento de tener una lista en la que cuando alguien deja de recibir mis promos las busca en Spam para sacarlas de ahí.
O que cuando voy a cambiar de remitente me escriben un email a la nueva dirección para asegurarse de seguir recibiendo mis correos.
Eso no se consigue por arte de birlibirloque.
Es trabajo. Mucho. Y paciencia. Durante años.
Pero casi tan importante como eso es saber en qué dirección trabajar.