El Primer Ministro británico ya dijo en 1870 (1870!):
«Los libros son fatales: son la maldición de la raza humana. Nueve décimas partes de los libros existentes son tonterías, y los libros inteligentes son la refutación de esas tonterías». — Benjamin Disraeli
(Juer Ben, pues te iba a dar un ataque epiléptico si llegas a vivir en 2023)
Casi un siglo después, un tal Theodore Sturgeon —un escritor semi-desconocido de ciencia ficción— dijo:
«Nothing is always absolutely so».
Que sonaba muy bonito, pero no vendía.
Entonces en 1958 se soltó la melena en una red social revista para frikis y consiguió viralizar la frase:
«El 90% de la ciencia ficción es basura».
Hasta llegar a nuestros días como…
«La Ley de Sturgeon»
Que viene a decir que el 90% de todo el contenido que el ser humano puede crear en cualquier ámbito… es basura.
(Y cuando se estableció no existía la IA. Ya hablaremos dentro de otro Siglo)
Tiene sentido, es un rollo muy Pareto.
Y solo tienes que darte una vuelta por cualquier red social para verlo.
O por tu bandeja de entrada mismo.
Yo podría ser la basura más grande que te has echado a la cara hoy.
Porque sí, hay días en los que no estamos pa’ muchos trotes y creamos basura.
¿Entonces qué?
Te puedo dar una serie de consejos que también son la misma mierda que ya has leído 517 veces:
Añade un puntito de inspiración.
Añade un puntito de humor.
Añade un puntito de conocimiento nuevo (aprendizaje, si quieres fardar más).
Añade un puntito de emoción, en definitiva…
… Y envuélvelo con una historia memorable.
Suena muy bien, pero solo tú sabes cuando estás recorriendo ese tramo extra.
Solo tú.
Porque la realidad es que solo una minoría está dispuesta a hacerlo.
Y aunque el hecho de preocuparte porque tus textos lo tengan ya te deja en una buena posición de salida…
Al final hay que hilar fino.
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