Escuché un discurso de Arnold en nosequé universidad.
Más o menos viene a decir lo mismo que dice en el reciente documental de netflix sobre su vida.
El que está dividido en sus tres grandes carreras:
1) Ser el Mr. Universo más joven y un icono pop e influencer e infoproductor en el culturismo.
2) Su carrera en el cine.
3) Su carrera en la política.
Lo que viene a decir Arnie es que en todos esos casos se encontraba con gente (alguna muy poderosa) que le decían que NO podía hacerlo.
Que su cuerpo raquítico era un problema, cuando quería ser culturista.
Que después, su cuerpo hipermusculado era el problema cuando quería ser actor.
Que su megapronunciado acento definitivamente le alejaría de convertirse en una estrella de Hollywood.
Y que en la política…
En la política…
…
En la política ya daba igual porque era un icono pop, famoso, caía bien, y tenía dinero a espuertas para untar a quien hiciera falta.
Pero centrándonos en lo otro:
Cuando era culturista, dice que lo único en lo que se enfocaba era en tener el pensamiento de que cada repetición, cada ejercicio, le acercaba un poquito más a la meta.
Repetición.
2.000 repeticiones de brazos más.
7.000 de piernas.
Cada una le acercaba a lo que quería.
Así que no podía esperar a hacer la siguiente tanda de repeticiones.
Porque él estaba convencido que cada vez que las hacía, estaba más cerca.
Luego, en su carrera como actor:
Resultó que cuando consiguió el papel en «Conan», Dino de Laurentiis dijo en la rueda de prensa del estreno del film que…
— «De no haber contado con Arnold y su cuerpo… habrían tenido que fabricarlo».
Es decir, su cuerpo, que iba a ser un problema para ganar papeles como actor… resultó ser un activo.
Después, James Cameron, en la misma situación después de petarlo con «Terminator» dijo:
— «De no haber contado con Arnold y su acento robótico y físico imponente… esta película no habría sido igual»
Es decir, su terrible acento y forma robótica de hablar resultaron ser ideales para el papel de máquina fría y letal.
En definitiva, dice el amigo zaragozano:
«Todas las razones que eran un impedimento para que yo triunfase… resultaron ser mis mayores activos para ello.
Todo porque yo me lo creí y si alguien me decía que NO era posible, yo le decía…
Vete a tomar por —»
Y eso.
Así que ya sabes, que nadie te diga que no puedes «triunfar» sea lo que sea que eso signifique para ti con tus supuestos «defectos».
¿Y mañana?
Vuelve.