El Juego del Dictador

Recibe su nombre de un experimento psicológico que nosequién hizo nosecuándo.

Consiste en que se le da al sujeto del experimento una suma importante de dinero.

¿Cuánto?

No lo sé.

Pero imagino que lo suficiente para pensar en qué hacer con él.

Y real.

Entonces se le dicen dos cosas:

1) Te puedes quedar el dinero, es para ti.

2) Pero, si quieres, tienes la opción de repartirlo con otra persona absolutamente desconocida. Un desconocido que, además, permanecerá desconocido, nunca jamás conocerás.

Y repito:

No se le prohíbe en ningún momento quedarse con todo el dinero.

No se le prohíbe.

Bueno pues se encontró un porcentaje significativo de personas que repartían el dinero con ese desconocido en un 50 / 50.

Y otro porcentaje aún más significativo que lo repartía en menos cantidad. Pero lo repartía.

Es como si te toca la lotería en un sorteo en el que no gastaste dinero en el boleto (o sí), y entonces decides que la mitad del premio se lo vas a dar a alguien que no conoces, ni conocerás; ni siquiera le verás la cara de alegría por recibir la pasta.

(Vale, es un ejemplo de mierda porque es 100% verídico, se lo tienes que dar a Hacienda. Pero ya me entiendes. Que es como si se lo das de buena gana.)

Entonces todo esto es un por sesgo:

«El Sesgo de Justicia Social»

Te crees que por temas de «igualdad», o por «el qué dirán» ese dinero que te ha caído del cielo lo tienes que repartir incluso si es con alguien que no conoces.

Y si crees que es algo que no afecta a tu negocio, a la forma en la que pones precios o incluso a tu progreso y escalabilidad…

… dale una vuelta.

También afecta a cómo percibimos a la gente que gana mucho dinero.

Con la falsa creencia de que si esa persona está ganando mucho dinero… es que tú estás dejándolo de ganar.

Obviamente no es así.

Es más, fijo que de algún modo ese sesgo está afectando a tu manera de escribir emails en tu negocio de marketing directo.

Y si tienes preguntas sobre ello… no me las puedes hacer por el morro porque mi tiempo es valioso.

Pero puedes cotillear las respuestas públicas que envíe a mi boletín.

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