Hay una teoría económica que viene a decir que el hecho de que la universidad sea gratuita o subvencionada casi al 100% al final acaba perjudicando a los pobres.
Sí, a los pobres.
Se supone que es una medida de igualdad para garantizar el acceso universal al conocimiento y que precisamente debe favorecer al pobre.
Pero no.
Perjudica al pobre.
La explicación es la siguiente:
Pongamos EE.UU., que tiene una universidad privada que de media cuesta unos $9.000 dólares anuales. El sistema de acceso a la universidad de pago por excelencia. (En Corea del Sur es incluso más caro y elitista).
Y ahora pongamos Francia, que es lo opuesto a EE.UU., con la universidad más financiada por el gobierno del mundo, que puede llegar a costarte solo $200 anuales.
Resulta que si comparas los datos de acceso y completado de la universidad en ambos países entre familias con cualquier tipo de poder adquisitivo, sea mucho o nulo…
… los números son sorprendentemente parecidos.
No hay diferencia significativa entre un sistema u otro.
Costando un dinerito en un caso… y siendo prácticamente gratis en el otro.
Prácticamente mismos números.
¿La razón?
Al final la universidad tienden a completarla los hijos nacidos en familias más pudientes, incluso si era prácticamente gratis para las familias pobres enviar a sus hijos a la universidad.
Inquietante, como diría Iker.
— «Pero ¿por qué? ¿Por qué pasa esto? No es lógico. Yo no tenía un duro y me saqué la carrera gracias a las becas y a eternas mañanas y tardes encerrado en la biblioteca».
Porque hay otro factor íntimamente relacionado:
El abandono escolar.
Los hijos de las familias pobres tienden a abandonar la educación mucho antes que los hijos de las familias ricas.
Sencillamente por una cuestión de entorno, influencia ambiental, cultural, social.
Entonces, da igual que sea gratis ir a la universidad.
En realidad los pobres no se están beneficiando del sistema.
De hecho… están… pagando… para que los ricos… vayan a la universidad.
O dicho de otra forma:
Robin Hood le quita dinero a los pobres… para dárselo a los ricos.
¿¿Cómorl??
Pues porque los impuestos son universales, seas rico o pobre.
Y al final, estadísticamente, también está comprobado que las familias con mayor poder adquisitivo (mayor que el umbral considerado «pobre» al menos) acaban recibiendo un 10% más de las subvenciones que dan los gobiernos para la universidad.
Así que al final, el hecho de que la universidad sea gratuita, estadística y económicamente, perjudica al pobre.
Y los ricos se hacen más ricos, y los pobres más pobres.
Al menos… hasta ahora.
Hasta que llegó internet.
Hasta que la universidad dejó de dar igual.
De hecho, yo no tengo ni puta idea de economía pero te acabo de soltar un email cojonudo que me hace parecer muy listo.
Lo que pasa es que hay algo que no cambia dentro de la teoría de «El Robin Hood Invertido».
Que no sea necesaria la universidad para ser multimillonario y «libre», no quiere decir que el entorno, la influencia ambiental, cultural y social no esté haciendo de las suyas.
Sí que hace de las suyas. Y mucho.
Lo ves todos los días en la tele, en la calle y en las redes sociales.
Hay ricos con mentalidad de pobre y pobres con mentalidad de rico.
(Estadísticamente no es lo habitual, pero haylos)
Así que ahí queda.
Lo bueno es que una vez que lo sabes, puedes empezar a trabajarlo.
Y darte cuenta de que en los negocios no hay Robin Hood que valga.
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