«Escribe la canción de amor más hermosa que puedas imaginar»

Y él escribió…

 

Je t’aime… moi non plus

(Te amo… yo tampoco)

 

Hace poco falleció Jane Birkin.

Si es que se puede morir realmente cuando has sido la voz femenina y el rostro angelical de esa canción.

«Solo la canté porque no quería que nadie más la cantara»

Dijo Jane.

Antes lo había intentado Brigitte Bardot (quién retó a Serge Gainsbourg a componerla) y después rechazó hacerlo Marianne Faithfull, que más tarde se arrepentiría un pelín. Por aquello de no alcanzar la inmortalidad y tal.

Pero solo Birkin tuvo la visión y la determinación.

Y sí, es que solo puedes hacer una vez una canción que simula «hacer el amor» con esa precisión.

(O «follar», si quieres que suene más Macho-Alfa y eso, supuestamente, hace que venda más)

Ríete del reguetón y de los grandes hits del Pop de los últimos 56 años.

Nada es más sensual que esa canción.

De hecho… la censura hizo el resto.

«El Vaticano se convirtió en nuestro mejor Relaciones Púbicas Públicas»

Dijo Serge.

Cuanto más la prohibían más vendía.

Vetada en medio mundo (incluida España) y negada en las radios francesas después de las 11 de la noche…

… la canción es mítica y eterna.

Y si no está en el Top 3 de canciones «temáticas» incluidas en películas, series, obras de teatro, números humorísticos, y cualquier cosa donde quieras ilustrar amor o sexo con una canción…

… poco le faltará.

Pero no solo eso.

La canción fue la primera canción no-cantada en inglés en hacerse con el número uno en EEUU o Reino Unido.

Incluso si la gente no entendía lo que decía.

No hacía falta. No hace falta. No hará falta.

De hecho, Francia, Paris, el lenguaje francés, tiene ese aura romántica, sensual, enamoradiza… por cosas como esta canción con videoclip grabado junto a la Torre Eiffel.

Si eso no es influencia, persuasión, poder…

No sé qué lo será.

Y ya termino aquí.

Otro día hablamos de Charlotte Gainsbourg, la hija de estos dos.

La mujer nacida de esta canción.

Que tuvo la irregular suerte de heredar la bella voz susurrante de su madre… pero el careto del padre.

Mientras, si quieres aprender cómo usar —un poquito, no te prometo alcanzar el nivel de Serge y Jane— la persuasión usando el mismo principio que la canción de Je t’aime…

Introdúcete en la lista de correo

Mon amour <3