A pesar de que Samuel L. Jackson es un mentirosillo a veces…
… también es un buen tipo. Un maldito negro hijo de puta. Pero buen tipo.
Además estoy casi seguro de que no sabías que…
- Samuel L. Jackson y …
- Laurence Fishburne (Morfeo en «The Matrix»)
… pudieron haber «intercambiado» carreras (y éxitos) en Hollywood.
Pero de una forma brutal, vaya.
Esto lo sé porque lo contó Tarantino en un podcast.
Y si te gusta «Pulp Fiction»… o Tarantino… O Samuel L. Jackson… O tomar decisiones de las que luego no te vayas a arrepentir en tus negocios… Quédate porque la historia es flipante.
Empiezo:
Resulta que Tarantino escribió el papel de Jules en «Pulp Fiction» (el que finalmente interpretó Samuel L. Jackson y que es el más icónico de la película probablemente) para Laurence Fishburne.
Sip.
Laurence era un actor muy prometedor y de moda allá por 1994.
Samuel L. Jackson algo más desconocido. No era la mega-estrella que fue después.
A Tarantino le gustaba más Laurence entonces.
Y lo escribió pensando en que él lo interpretaría.
(El de Travolta tampoco era para Travolta, por si te pica la curiosidad, era para Michael Madsen — el de Reservoir Dogs)
¿Qué pasó entonces?
Que por aquel entonces Lauren Fishburne había contratado a una agencia para que le llevase la estrategia de su carrera.
Para que le escogiese estratégicamente papeles y tal. Para llevarle a la cima de Hollywood.
Y le dijo a Tarantino cuando tocó a su puerta:
«Hey Quentin sorry bro, pero es que justamente he contratado a una agencia para que tome este tipo de decisiones, les pago mucha pasta, y me han dicho que en este momento lo mejor es que haga el protagónico de «Boyz n the Hood».
Aha. «Boyz n the Hood».
¿Te acuerdas de qué película es esa?
Exacto.
Pues bien, lo que pasó entonces es que Quentin hizo audición y le dio el papel a Samuel L. Jackson.
Samuel lo hizo suyo, lo bordó, y el resto es historia.
Pero espera, que aún hay más.
En 1995, un año después, se estrenaría «Jungla de cristal: La venganza». La tercera de la saga.
La que todo el mundo recuerda porque salía Samuel L. Jackson como secundario cómico. Muy gracioso su papel de niggah.
Pues bien, en realidad la productora había estado en conversaciones con Laurence Fishburne para ese papel.
¿Qué pasó?
Que su agencia se subió a la parra y pidió un pastizal por hacer ese rol.
Los productores entonces se lo pensaron 2 veces.
Dijeron:
«Buf, este tío pide mucha pasta y se nos dispara el presupuesto. Hagamos una cosa. ¿Has visto este niggah que sale en la peli esa de Pulp Fiction? La estrenan en no se qué festival. Vamos a verla, y si nos gusta el tío, le ofrecemos el papel por mucha menos pasta a ese y que le den por el Fishburne a Laurence»
Y Samuel, que se había lucido en «Pulp Fiction» con un papel tan bien escrito que era jodidamente fácil lucirse… les encantó.
Les flipó.
… Consiguió el personaje en La Jungla de Cristal 3, y eso acabó de catapultar su carrera hasta la estratosfera habiendo estado en 2 megahits mundiales con taquillazo internacional en apenas 2 añitos.
Y el resto es historia. Otra vez.
(Sí, 6 años después Laurence Fishburne hizo de Morfeo en «Matrix» y se hizo también famosísimo pero… ¿qué otras películas suyas recuerdas además de Matrix?)
En resumen:
Por mucho que los mentores, las agencias, los gurús, los agromenagüers digitales, estén bien (algunos, la mayoría son un CHOF)…
… Hay puto decisiones en tu puto negocio que tienes que puto tomar tú.
Y no alguien más. Aunque le pagues. No puedes delegar esa responsabilidad. Te hace débil, porque intentarás echarle la culpa a otro de tu «suerte».
Cuando llegue un momento clave lo sabrás.
Y ahí tienes que hilar fino y hacer lo que de verdad te sale del alma.
Equivócate. Pero que sea habiendo decidido tú, y no solo alguien a quién pagues.
Escuchar la voz de la experiencia está muy bien y ayuda. Mucho.
Pero hay cosas que es que son evidentes y te tienes que entrenar a ti mismo cada día para saber verlas.
En eso está la clave. En entrenarte a ti mismo cada día para verlas.
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