Esto nunca entrará en la mollera de algunos

Hay unos desarrolladores que lo están petando con un juego que está a 2 cm de hacerse ultra viral.

Y se lo merecen, porque es de estas cosas tan simples que te da rabia que no se te hayan ocurrido a ti antes (si te dedicas a lo mismo).

Lo que han hecho es:

  • Pillar un motor gráfico de última generación.

(hoy día es algo así como instalarte la última versión de WordPress cuando aún tenías Blogger; es decir gráficos casi fotorrealistas, indistinguibles de la realidad en algunos casos)

  • Crear un juego estilo “pasaje del terror” con un aire así a lo “The Blair Witch Project».
  • Hacer que dure poco: 11 minutos (perfecto para streamers o un video de youtube donde grabarse jugándolo).
  • El juego consiste en que vas por un bosque jodidamente real en plena oscuridad y con una vista en primera persona como si estuvieras grabando con una videocámara. Entonces cosas raras van ocurriendo a tu alrededor. Y si algo de eso te asusta y gritas —en el mundo real, en tu micrófono— … Game Over.

Y claro, se titula:

“Don’t Scream”

¿Más genialidad?

Pues el juego simula una grabación con una cámara de video de calidad VHS de estas que muestran la fecha…

Y la fecha es el 31 de Octubre de 1993.

Es decir, lo han preparado todo para volverse virales en Halloween, cuando la gente está ávida de contenido de este estilo para sus canales.

¿Resultado?

Ya han firmado con un publisher grande para hacer un juego completo de terror.

… Que además la gente ya conocerá y se venderá cojonudamente bien dentro de un par de Halloweens.

Genius.

Mientras tanto…

¿Qué ocurre en el mundo real del marketing un 31 de Octubre de 2023?

Pues cosas que hacen que cuando las ves grites mucho más que con el juego de terror ese.

Que negocios con listas inmensas que se saben perfectamente la lección de “los descuentos en Halloween no son muy buena idea cuando haces marketing directo y no eres Amazon…”

… no pueden evitar sucumbir a la tentación de hacer una oferta con el 50% de descuento.

Eso, la mayoría de las veces, no hay freelance, empresario, gurú, ballena blanca, azul o fucsia, que lo pueda meter en la mollera de algunos.

Es como cuando el prota de una peli de terror que vive en una casa encantada donde pasan cosas de lo más raras oye un ruido extraño en el sótano.

No puede evitar bajar. Sobre todo si una voz fantasmagórica pronuncia su nombre.

Va a la miel como una mosca diabética.

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