Hace bastantes años seguía a un emprendedor con un negocio digital muy guay (en aquel momento me lo parecía) que había probado a hacer email diario.
Tras probarlo durante unos meses dijo en su podcast semanal compartido que lo iba a dejar (y de hecho lo dejó).
Porque estaba notando que «su vida giraba en torno a enviar un email al día».
Y esa sensación no le gustaba.
Me he acordado por una noticia que he leído hoy.
Por lo visto el CEO de no se qué empresa había enviado un «polémico» email a sus empleados.
Una especie de felicitación navideña motivacional en la que mencionaba que para tener éxito en lo que sea que hagas, tu trabajo y tu vida personal deben acabar mezclándose.
Entonces te puedes imaginar la crítica que le ha caído. Se enfrenta ahora a posibles demandas y no sé qué.
Sin embargo el único error que ha cometido el pibe es pretender motivar a trabajadores por cuenta ajena así.
Porque eso jamás va a motivar a alguien que trabaje por cuenta ajena.
Eso te motiva cuando el negocio es tuyo y cuando te dejas la vida en ello porque quieres.
No cuando trabajas para la empresa de otro.
(puede que lo entiendas o no; por ejemplo, si estás trabajando por cuenta ajena temporalmente para financiar tu futuro negocio porque ya tienes esa mentalidad)
Pero en realidad el CEO ese tiene toda la razón.
Lo que pasa es que esos empleados jamás se involucrarían a tal nivel.
Eso mismo es lo que le estaba asustando al emprendedor que mencionaba al principio del correo, el que tenía una membresía que en su momento me pareció super molona.
Hoy he ido por curiosidad a ver qué ha sido de ella y…
Ya no existe.
El emprendedor la cerró para meterse en un proyecto donde ahora él solo figura como uno de los «profesores».
Y eh, no digo que no lo respete, sus razones tendría y válidas para él serían.
El tema es que si vas a levantar tu negocio y quieres usar el mejor modelo que existe en el planeta para escalar sin contratar empleados que luego te demanden…
Pues claro que tu vida va a girar en torno a enviar un email al día.
PUES CLARO.
Y en torno a muchas más cosas.
El tema es…
¿Puedes aguantarlo?
¿Puedes crecer mentalmente junto con eso?
¿Puedes conseguir que cada email te haga más fuerte que el anterior?
¿Puedes convertirlo en un hábito que te hace sentir vacío si no lo ejecutas?
¿Incluso cuando parezca que nadie te lee, que nadie te tira su dinero a la cara, y que nada parece ocurrir mientras lo haces, salvo que sientes que tu vida gira en torno a enviar un email al día?
Ese es el tema. Otra vez.
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