Anoche a las 1:30 AM y hasta bien entradas las 4:30 AM, los vecinos de enfrente decidieron que quedarse en casa un sábado por la noche de madrugada y no montar una fiestaca con reguetón, bailes y gritos… era un desperdicio.
Así que optaron por lo de la fiesta.
Que no solo molaba más sino que además compartir es de ser generosos.
Y si podían compartirlo con todo el vecindario, era más divertido para todos.
A mi normalmente tanta generosidad me la resbala, sobre todo desde que tengo unos Airpods Pro con cancelación de ruido y que no molestan mucho para dormir…
(además de que no es raro que me vaya a la cama habitualmente a las 3 – 4 AM)
Pero te digo una cosa, a los surcoreanos que además tienen hijos pequeños durmiendo parece que eso de las fiestas nocturnas en vecindarios no les gusta nada.
Así de tiquismiquis son.
En Seúl, por lo visto, en cada bloque de viviendas hay alguien que se encarga de gestionar movidas así.
Que los vecinos generosos que comparten sus fiestas con todo el mundo reciban una amable visita de la policía local, quicir.
También parece ser que allí la benemérita también hace caso cuando se les llama para estos asuntos.
Sinceramente, no lo he intentado nunca, pero sospecho que si en Málaga llamas a la poli para comentar que unos vecinos comparten su alegría de madrugada con todos los demás, te dirán que por qué no vas tú, tocas a la puerta, pides unos canapés con cubata, y de paso perreas un poco.
En fin, todo lo que en realidad podía pensar anoche durante los acontecimientos era en cuándo iba a escribir un email para contarlo.
Y ya ves, no he podido esperar mucho.
También soy generoso e impaciente y tengo que compartir mi alegría con la inbox de mis vecinos.
Entonces, si te parece que perreo bien, todavía hay un nivel mayor de profundidad en esta fiesta.
(que no, que no lo digo por hacer otro chiste negro sobre lo del Titan)
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Eso sí, si esperas píldoras mágicas, déjalo.
De hecho podrías llegar a pagar porque te diga las cosas dolorosamente claras.
Te guste o no te guste la gasolina.