En 2016 se hizo un estudio en la universidad St. Andrews de Escocia, que es un sitio donde tiene que costar mucho entender el inglés.
(Inciso: ¿has probado alguna vez a ver «Trainspotting» en V.O.? Jo-der, no te enteras de un carajo con el acento escocés de barrio)
Y ese estudio era para encontrar la canción más pegadiza de la historia.
Eso me llamó la atención, porque donde hay un estudio para encontrar «lo más pegadizo» en cualquier categoría, seguro que hay lecciones que se pueden rascar para generar más respuesta directa por escrito.
Total. ¿La encontraron?
Pues sí. Según ellos la canción más pegadiza de la historia es…
(Te dejo enlazada una versión, no la original, por si quieres escuchar algo nuevo)
Entonces, ¿por qué dicen que es la más pegadiza de la historia?
Porque dicen que es la que mejor cumple con esta fórmula matemática que extrajeron de aquel estudio:
Receptividad + (previsibilidad – sorpresa) + (fortaleza melódica) + (1.5 veces repetición rítmica) = melodía pegadiza
La ecuación me parece algo perezosa, la verdad.
Una suma de varias cosas con una restita ahí de por medio.
Y tampoco estoy de acuerdo con la canción. Es imposible hacer esto sin sesgos de por medio y sin limitarte solo a canciones que conozcas.
Pero bueno, habrá que hacerles caso, que son escoceses y además universitarios y todos sabemos lo importante que es ir a la universidad para ganar dinero y triunfar en esta vida.
Así que, joder, si el Hormozi puede sacar una fórmula para medir el valor percibido de una oferta…
…. Yo puedo sacar otra fórmula para medir la adicción de una lista de correo.
Pero la voy a adaptar de la fórmula esa de las canciones, que ni soy tan bueno ni estoy tan mazao como el Hormozi, pero sí soy tan perezoso como un escocés. (Coño, si es que soy andalú, ¿hay algo más perezoso que eso?)
Let’s go.
Fórmula para que una lista de correo sea adictiva
Interés (del lector). Por mu adictivo que seas, si el que te lee no tiene el más mínimo interés en el tema, pues ni adicción ni hostias. Ya me puedes poner la canción más adictiva de reguetón que haya que me seguirá pareciendo vomitiva.
+
Personalidad Previsible – Sorpresa. La gente tiene que llegar a conocer tu personalidad y, en cierto modo, preveer cómo te comportarás ante ciertas situaciones. Pero también tienes que sorprender de vez en cuando; si no, se puede hacer aburrido. Restas lo primero con lo segundo, igual que en Edimburgo restabas tu sobriedad con cada pinta de cerveza cuando te ibas de fiesta.
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Fortaleza de tu Voz. Cómo de reconocible y fuerte es tu voz escrita. ¿Suenas como otros? ¿Solo eres una copia? Pues pierdes puntos. Además los pierdes de forma retroactiva. Incluso si alguien te conoce a ti primero pero estás imitando a otro, pues algún día eso te penalizará mu’ fuerte.
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Repetición. Tienes que repetirlo todo una y otra vez. Por eso el email frecuente funciona. Pero no vale solo con eso, tienes que repetir una y otra vez todo lo que hace a tu marca única. Porque nadie se va a enganchar ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera, ni a la…
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Newsletter escocesamente adictiva. Ahí lo tienes.
A ver, hay más cosas, pero esas ya te las contaré (cobrando) algún día.