Verás, una vez hice un experimento.
Aprovechando que mi perfil de LinkedIn se encontraba completamente “virgen” (jamás había publicado algo), realicé un test con mi primera publicación.
Publiqué lo siguiente:
“Esto es un experimento”.
Nada más. Y entonces esperé una semana.
Creo que iba por la semana número 2 cuando esa publicación todavía recibía alguna reacción.
Y tengo menos de 50 contactos en LinkedIn.
Es más…
Esa publicación recibió más reacciones y respuestas (sin ninguna otra intervención por mi parte) que muchas otras publicaciones que la gente se trabajaba. En algunas de ellas habrían invertido una hora o puede que más.
Esto, por supuesto, no confirma nada, no es ningún experimento científico ni neurochorra.
Pero mi teoría es que:
Casi todos están en LinkedIn para vender… pero casi nadie vende realmente.
Solo se cuentan unos a otros múltiples veces a qué se dedican en internet para conectar cada vez con más gente a la que seguir contándoselo.
(Y además se lo cuentan mayormente dentro del mismo gremio).
¡Pero la venta no se va a producir en LinkedIn!
Te doy una pista sobre dónde es mucho más probable que la venta ocurra: