¿Me das tu permiso para tocarte el culo?

En YouTube hay un tipo de contenido bastante de moda:

Entrevistar a gente por la calle.

Con cualquier excusa.

Hay de todo.

Y el otro día vi un caso en el que un tío va con micrófono y un cámara que le acompaña.

No son reporteros dicharacheros, no son de ninguna tele.

Son si acaso youtubers no-famosos.

El del micrófono es un tío normalito, nada especial.

Y se topa con una chica.

Una chica que, lo diré claro y sin rodeos, tenía un buen culo.

Bueno pues el notas se pone a decirle 4 cosas, con su acento latino.

«Estás saliendo en cámara, que opinas de esto, de lo otro, bla bla»

No era especialmente simpático, a mi me parecía hasta un poco «sieso».

Y para finalizar, antes de despedirse, le dice…

 

— ¿Me das tu permiso para tocarte el culo?

 

La chica, que actuaba bastante tímidamente, se queda un poco «Ein?»

 

— Pero me lo tienes que dar el permiso, me lo tienes que pedir, tienes que decirme: «tócame el culo».

 

La chica se queda pensativa y cortada… y al final le dice: «bueno, vale».

Y el notas, que en otras circunstancias muy probablemente jamás habría conocido a esa chica y 3 minutos después le estaría tocando el culo en plena calle…

Se lo tocó, se lo acarició, se lo manoseó.

¿Por qué?

Pues principalmente por llevar un micrófono, un cámara, y hacerle una entrevista como si estuviese en la tele.

Solo eso, ni más ni menos.

Es mi teoría, al menos.

Igual me equivoco y resulta que esa chica de repente se había colado por él.

O quizá es que esa chica que parecía tan tímida en realidad era muy lanzada y abierta a que chicos que la acaben de conocer le puedan tocar el culo 3 minutos después.

No sé.

Pero yo me inclino por lo del puto micrófono y la cámara.

Y es que así es como funciona el estatus.

O la «autoridad», como lo quieras llamar.

Acecha insidioso en los más recónditos lugares.

Y entenderlo bien puede jugar muy a tu favor.

Sabrás manejar el ANSIA de estatus en las mentes de la gente, entre otras cosas.

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