Me llegó un correo de una lectora asidua:
Me encantan tus mails y te he comprado algún que otro producto porque logras despertar mi curiosidad y llevarla a la necesidad, sin embargo no tengo listas de mail, ni redes sociales, ni nada que a priori sea un lugar adecuado para utilizar tus enseñanzas (más allá de en la vida cotidiana que no es poco).Como era de esperar, ardo en deseos irrefrenables de hincarle el diente a tu suscripción… no la necesito y sin embargo la quiero… todo un dilema.
En fin, supongo que terminaré entrando y ya luego si eso, busco cómo, dónde y para qué aplicarlo.
eres tan adictivo como las series coreanas ; )
De la series coreanas (varias) seguro que hablaré en Manía.
Igual que hablé de lo que yo considero que es la esencia del entretenimiento aplicada, sobre todo, al email marketing.
Cuando lo haces bien, entre otras cosas, consigues ser tan adictivo que incluso quién “no necesita” tus productos acabe deseándolos irrefrenablemente.
Y si bien no recomiendo mi suscripción a personas que no tengan un negocio ya funcional, pues qué le voy a hacer si aún así alguien decide entrar solo porque disfruta y puede ir pensando cómo aplicarlo en el futuro.
Porque sí, al final las suposiciones de esta lectora se hicieron realidad .
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