Nueva York huele a porro. Y la importancia de identificar olores antes de tiempo.

Leí hace semanas que desde que el cannabis se ha legalizado en el Estado, casi toda la ciudad de Nueva York huele a porro.

Las tiendas del fumador de marihuana se han convertido en EL negocio floreciente.

Y no es solo el olor.

Es que la ciudad está adornándose de carteles, símbolos, logos… toda una ‘decoración porril barroca’ que ni las luces de la Feria de Málaga.

Si sigue así es que los Neoyorquinos acabarán hermanándose con los «Amsterdeños».

La verdad, es una pena.

Identificamos lugares por sus olores.

Mucho más de lo que creemos.

Por ejemplo, en Canadá la cadena cafetera por excelencia es Tim Hortons.

(El café está realmente bueno ahí, lo echo de menos. Y creo que ya hay franquicias en España)

Entonces, hay un Tim Hortons en prácticamente toda estación de metro.

¿Con qué olor crees que siempre recuerdo el metro de Toronto?

Exacto.

Menos en una estación en concreto, que la recuerdo por el olor de los «Cinnamon Rolls» recién hechos cada vez que pasaba por ahí.

Tomar uno de esos + un vanilla latte de Tim Hortons sería para mi…

… viajar instantáneamente a Canadá.

Así es la importancia del olor.

Y ahora en marketing, ¿cómo se come eso?

No hay olor… ¿verdad?

Pues claro que sí lo hay.

El olor está en tu comunicación.

Principalmente en tus textos.

Por tanto, la pregunta que tienes que hacerte es…

¿Quiero oler a porro?

¿Quiero oler a café recién hecho del Tim Hortons?

¿Quiero oler a cinnamon rolls blanditos y ardientes?

A lo mejor no quieres, por tentador que pueda parecer.

Porque olerías a porro como toda Nueva York.

Olerías a Tim Hortons como media Canadá.

Y olerías a Cinammon Rolls como… como… como..

… bueno, ese lo dejamos pasar. No sé a quién darle los derechos de explotación.

Te interesa oler distinto.

No te interesa apestar a todo lo que ya hay.

Que se mate el resto a intentar oler como los demás.

Mientras, tú puedes dedicarte a desprender un embriagador y único aroma a…

Eau d’ Tü

¿No mola eso mucho más?

Claro.

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