Samuel L. Jackson miente

No sé si lo sabías pero Samuel «Hijo de Puta» Jackson, el actor fetiche de Tarantino que más insultos por minutos de pantalla ha soltado, el actor con papeles tan míticos a sus espaldas como…

Jules (Pulp Fiction)

Nick Fury (Marvel Universe)

Mr. Glass (El Protegido)

Maestro Windu (Star Wars)

Neville Flynn (Serpientes en el Avión, Cof)

Etc.

… no tiene ni un puñetero Oscar que no sea honorífico.

Vamos que realmente por un papel, nunca ha ganado uno; solo se lo han dado por trayectoria.

De «consolación».

Entonces lo que te vengo a decir es que el otro día leí en una entrevista donde le preguntaban que si no le molestaba no tener un Oscar por sus papeles.

Decía algo así:

— La gente va a ver mis pelis para contar cuantas veces digo «hijo de puta». (…) Nunca escojo papeles para ganar Oscars, los escojo para divertirme haciendo de Nick Fury o de Jedi con un sable láser en la mano y nunca dejaría que los Oscars fuesen una medida de mi éxito.

Aaay gorrión.

Estas declaraciones del amigo Samuel L. Jackson son un claro ejemplo de…

Mentira como una Catedral.

Quicir, que es prácticamente imposible que a un actor conocido de Hollywood se la sude no tener estatuillas por sus papeles.

Por supuesto que querría tenerlos.

¿Está acaso muerto de hambre en la calle y deprimido mientras se enciende habanos con billetes que tienen la cara de Benjamin Franklin?

No, claro que no.

Ha tenido una vida feliz y plena sin Oscars ni Migueles.

Pero ¿quiere eso decir que de verdad no desee tenerlos?

No, no, y mil veces no.

Y te repetirá eso de que se divierte y de que está haciendo historia con otro tipo de papeles memorables hasta la saciedad.

Pero solo está siendo políticamente correcto y falsamente modesto.

Porque todos, absolutamente todos, deseamos reconocimiento por nuestro trabajo (e incluso lo que no es trabajo).

Todos.

Entonces si te encuentras ese tipo de declaraciones / testimonios / copy pues, ya sabes…

It’s a lie like a Cathedral.

Claro que le gustaría tener 17 jodidos Oscars.

Claro que le gustaría levantarse por las mañanas y mirarse y al espejo y decirse a sí mismo:

«Eso es, cabronazo. Eres un maldito negro hijo de puta con 17 jodidos Oscars»

Porque el camino del hombre recto está por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos.

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