Troleada de altos vuelos

En Milwaukee hay un notas que tiene una casa muy cercana a la zona de aterrizaje del aeropuerto.

No es que los aviones le afeiten las cejas cada vez que pasan, pero se puede ver desde el cielo el tejado de la casa perfectamente.

Así que tuvo una idea.

Pintar en el suelo de la azotea del edificio, así en letras gigantes:

«Welcome to Cleveland»

El resultado es que los pasajeros se ponen nerviosos al verlo y todos los vuelos que aterrizan por la zona tienen que aclarar que no, que no se han desviado de la ruta y que «esto no es Cleveland».

Trololol.

Bueno, dejando a un lado la cantidad de ideas de negocio que se me vienen a la cabeza pudiendo escribir un mensaje que iban a leer cada día varios aviones enteros…

… hay más detalles en esto.

A mi me recuerda a cuando aterrizas en internet con la cabeza llena de pajaritos porque vas a «montar un negocio que lo va a petar».

No solo la idea no es nada del otro mundo y tú estás en pañales, sino que…

Buscas algo de info en Google y…

¡Ay! Ya la has cagao.

Te encuentras tropecientos mensajes de «Bienvenido a Cleveland».

Y no es que internet quiera trolearte sino que «todo lo que tiene todo el mundo para vender es casualmente justo lo que necesitas para que tu negocio sea una máquina de imprimir dinero».

Algunas cosas las descartas enseguida, pero otras te harán perder mucho tiempo porque parecen legítimamente «lo que hay que hacer».

Y así es como los primeros años se te van en vaciar tu cabeza de las tonterías que ya traías y las que te han metido después.

Porque hay 2 cosas que todos traemos desde el mundo offline al online:

  • Una mentalidad de mierda (en muchos sentidos).
  • Autenticidad, naturalidad, frescura.

Para superar la primera no te queda más remedio que darte un montón de hostias y que las cicatrices te recuerden los aprendizajes.

Llegas con todo mal de serie: relación con el dinero, 57 creencias limitantes, no sabiendo vender ni venderte, más toda la mierda nueva que luego te meten y que te das cuenta más tarde de que tampoco iba a ningún lado.

La segunda es diferente.

La segunda es algo que necesitas para comunicar, crear una marca y vender.

Pero lo que ocurre con la autenticidad, naturalidad y frescura es que eso sí que lo traes bien de serie.

Ya llegas siendo tú.

Un ser autentico, natural, fresco.

Único.

Pero durante el proceso de aprendizaje de todo lo demás decides que vas a dejar a un lado tu frescura y autenticidad… y vas a adoptar la de otros.

Eso ya es de por sí una mala idea.

Pero lo que no sabes es que muchas veces esos otros son la copia de la copia.

Te puede funcionar durante un tiempo… pero cuando te toque pillar el vuelo de vuelta igual no hay más aviones y tienes que andar.

Entonces, si tienes claro que tu ruta pasa por crear, trabajar y potenciar una lista de correo a largo plazo:

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