Un error tonto (pero típico) al definir tu marca es…

… pasarte de BOCACHANCLA.

El término no está recogido en la RAE, pero por suerte tenemos a ‘Urban Dictionary’ que lo define muy bien con ejemplos prácticos y todo:

 

1. Persona que habla más de la cuenta o de lo debido.

 

2. Persona indiscreta, un bocazas.

 

3. Persona idiota o sumamente gilipollas

 

Ej: ¡Cállate de una puñetera vez bocachancla!

 

La verdad es que es un término muy versátil.

Y ojo, esto no es una lección en plan «yo soy Mr. Perfecto, jamás cometo errores y mi palabra va a misa».

Fijo que he sido bocachancla es más de una ocasión. Y lo seré.

Por eso te dejo aprender de mi experiencia.

Lo que te digo es que hay andar con cuidado y pensar en lo que se dice.

No quemar puentes así porque sí, o para dártelas de gurú.

Los negocios siempre están en transformación y nunca sabes qué es lo que querrás hacer con el tuyo en el futuro.

Es como hace un lustro o así.

Estaba de moda arremeter contra las redes sociales porque muchos gurús habían crecido renegando de ellas.

Muchos bocachanclaron poniéndolas a parir y borraron sus cuentas en todas ellas o se negaron a usarlas.

Pero, unos años después, tras secarse el río… se volvieron a abrir cuentas en las redes y algunos han acabado hasta vendiendo cursos sobre crear audiencias en las mismas.

Bien por ellos.

Esto lo han hecho gurús americanos intocables incluso, eh. Gente con un «odio a las redes sociales» muy arraigado en su marca. Y ahora resulta que están en Twitter y tal, a ver si pueden pescar unos leads.

Entonces, está bien tener una opinión. Está muy bien, de hecho. Debes tener una opinión.

Pero en la medida de lo posible intenta no quemar las naves.

Al menos hasta que nades en billetes y tu negocio consista en ser tu propia marca y la gente llegue a ti por sí sola.

Por ejemplo, a mi no me gusta twitter para hacer crecer mi marca, creo que es el Tik Tok del texto, y siento que mi atención y foco se van a tomar por saco cuando paso por allí porque acabo pinchando en noticias o memes (que es para lo que siempre la he usado a nivel personal). Odio perder el tiempo con discusiones inútiles o siendo un falso. Y lo que nunca acabo es recordando mucha de la información ultra breve que he leído, y que además está reciclada y repetida.

Entonces, me da igual que Twitter sea el santo grial de los leads a granel.

Prefiero poner mi foco en otras estrategias que me enriquecen más a largo plazo.

Sin embargo, defiendo el derecho de cualquiera a construir su marca allí y a ganarse la vida usándola.

Y, quién sabe, quizá algún día cambie de opinión o yo mismo decida usar la nueva ‘X’ de Elon Musk.

¡O Tik Tok!

Por falta de ideas no será.

Hasta entonces, hay que seguir peleando por que la RAE incluya de una maldita vez la palabra ‘bocachancla’ en el diccionario de la Real Academia.

Y si quieres aprender a hacer un mejor uso de tu propio bocachanclismo:

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