Urgencia de plastilina o urgencia de titanio

Una forma de crear urgencia para vender tus infoproductos es limitando la venta en el tiempo.

Esto es, no venderlos los 365 días del año.

Solo de X fecha a Z fecha.

Cuanto más tiempo vaya a transcurrir desde que cierras el carrito hasta que digas que lo abrirás otra vez, más urgencia crearás entre los potenciales clientes.

Por tanto la fecha que mejor funciona y la más brutal es «cuando vas a retirar el producto definitivamente del mercado y no lo vas a volver a vender nunca más».

(de lo cual no conviene abusar; al menos si no te quieres quedar sin productos)

¿Y funciona siempre?

No, siempre no.

Porque hay un problema con esta técnica.

Uno bastante gordo.

Es algo que afecta a los negocios que venden producto físico, pero sobre todo es una plaga entre los negocios que venden producto digital.

Y es lo siguiente:

Los productos digitales «no se pueden agotar», tienen copias infinitas, no se agotan.

Por tanto los síntomas son que la gente no se lo cree.

No percibe urgencia real en la retirada.

Lo ve como un teatrillo.

Una escena.

Algo falso.

Y esto ocurre porque es uno de los problemas más dependientes de la comunicación que hay.

Puedes decirlo de una forma (como lo dicen la mayoría de negocios) en la que el «Efecto Urgencia» sea menos creíble que la armadura de los Power Rangers.

O puedes decirlo de una forma en la que al potencial comprador le entren sudores fríos por dejar escapar la compra del producto hasta la próxima apertura.

Todo es comunicación.

Suscripción a la lista de correo [deshabilitada temporalmente]